Ritmo circadiano

El ciclo diario de vigilia-sueño permite organizar nuestra conducta en el tiempo y sincronizar internamente la regulación de muchos procesos biológicos como pueden ser el ritmo de la temperatura corporal, el ritmo del Cortisol, el ritmo de la excreción de la hormona de crecimiento, etc.  El oscilador endógeno que se considera que mayor implicación tiene en la regulación de los ritmos de sueño-vigilia es el núcleo supraquiasmático del hipotálamo.

Hay una relación estrecha entre el correcto funcionamiento del sistema circadiano  y el estado de salud de los individuos. Alteraciones de las estructuras del sistema circadiano comportan alteraciones en la manifestación de los ritmos.  También se pueden presentar alteraciones por perdida de la capacidad de sincronización del sistema, por ejemplo en personas ciegas que no pueden sincronizar a 24 horas. Paralelamente, alteraciones externas de los ritmos pueden producir trastornos en los individuos, como en el caso del Jet-Lag o cambios de turnos de trabajo. Igualmente se han descrito trastornos que cursan con alteraciones de  los ritmos, como es el caso de algún  tipo de depresión.

La principal característica de los trastornos por causas circadianas es una alineación errónea entre el patrón de sueño del sujeto y el deseable a la normativa convenida socialmente. En la mayoría de estos trastornos el problema subyacente es que el sujeto no puede dormir cuando el sueño es deseado y como resultado se producen episodios de sueño a horas inadecuadas o bien la vigilia aparece en momentos no deseados. Los sujetos pueden quejarse indiferentemente de insomnio o excesiva somnolencia.

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Síndrome de Fase Retrasada de Sueño

Alteración que se caracteriza por retardo del episodio mayor de sueño en relación al horario normal, resultando síntomas de insomnio que se expresan en forma de dificultad para iniciar el sueño o dificultades para despertarse a la hora deseada . Una vez iniciado el sueño el sujeto no presenta dificultades para mantenerlo.

Las características de su alteración consisten en dificulta­des para iniciar el sueño antes de las 2-3 de la madrugada (normalmente suelen hacerlo entre las 2 y las 6 horas), y les es muy costoso levantarse antes de las 12-13 del mediodía. Suelen ser individuos que se les mal califica como noctámbulos o vagos y generalmen­te son mal considerados dentro de la sociedad. Suelen tener somnolencia principalmente durante la mañana.

Presentan un patrón de sueño estable de 24 horas caracteriza­do por un retraso respecto al horario local en los fines de semana y vacaciones. Generalmente son individuos que se sienten más activados en la segunda parte del día (tarde-noche), asociándolo a un mayor bienestar.

Síndrome de la fase avanzada de sueño

Se da la sintomatología inversa al Síndrome de la fase atrasada del sueño. En este el ritmo circadiano vigilia-sueño se acorta. Aparece la somnolencia muy pronto en la noche y el despertar pronto en la mañana. El paciente duerme el número de horas necesarias pero lo hace en una franja horaria desplazada que empieza hacia las nueve de la noche.

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Ausencia del ciclo vigilia-sueño

Consiste en un patrón de retraso diario de 1-2 horas en el ciclo de vigilia-sueño, es decir que los pacientes que lo sufren tienen días de 25-26 horas, con lo cual la tendencia es de ir a dormir una hora mas tarde cada día y levantarse una o dos horas mas tarde.

La alteración es de tipo crónico y se asemeja al patrón de sueño que observamos en las personas aisladas en cuevas o laboratorios sin la presencia de sincronizadores externos (ausencia de información sobre la hora y día). Estas personas aisladas tienden a tener un ritmo de vigilia-sueño de una duración superior a las 25-26 horas.

Los pacientes tienen sus periodos de vigilia-sueño en forma independiente a los estímulos ambientales y sociales a que están sometidos (luz y oscuridad) es decir, inician el sueño independientemente de si es de día o es de noche.

Como que su ciclo es de 25-26 horas, cada 3-4 semanas coinciden con el periodo nocturno de sueño convencional. Cuando esto es así no se producen quejas de insomnio o excesiva somnolencia, pero a medida que avanza “su ciclo” entran en conflicto con el mundo social y sus rutinas.

Este tipo de patología debe ser sospechada en todos aquellas personas invidentes que presenten dificultades de inicio o mantenimiento del sueño ya que no disponen del sincronizador externos más importante, como es la luz.

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